domingo, 17 de abril de 2011

Capítulo XI

Alice: Que te ronda por la cabeza?
Bella: A mí? Nada.
Alice: Bella, puede que puedas engañar a otra personas, pero te conozco lo suficiente como para saber qué te pasa algo.
Bella: Vale, si, me pasa algo, pero nada de lo que puedas ayudarme.
Alice: Y tú que sabes? Venga va, sorpréndeme.
Bella: Veras, es que no entiendo porque-me cortó-
Alice: Voy a cerrar la puerta.
Bella: Mejor. –la cerró y volvió a la cama, se sentó a lo indio, y yo la imité-
Alice: Que decías?
Bella: No entiendo porque Edward –al decir el nombre de su hermano, sonrió- me trata mal, o sea no se que le he hecho, yo creo que no le he hecho nada, pero no me mira, apenas me habla, y me tiene rabia, incluso creo que odio.
Alice: Quieres decir?
Bella: Si, estoy segura, es como si desde el primer momento que me vio, me cruzó, no me soporta.
Alice: Y si lo hablas con él?
Bella: -me puse a reír, era una risa nerviosa- claro, iré y le daré dos golpecitos en la espalda y le preguntare; Oye Edward, me gustas, puedes decirme porque te alejas de mi? Porque me evitas y me miras con esa cara? Que pasa, me tienes alergia?
Alice se puso a reír, y entonces fue cuando me di cuenta de las estupideces que había dicho, me uní a sus risas. La noche empezó a pasar, y nosotras seguíamos hablando, pero solo de un tema, Edward. Alrededor de las cuatro, mis ojos empezaron a pesar, y se cerraban solos, en cambio Alice estaba genial.
Alice: creo que va siendo hora de dormir.
Bella: Yo también lo creo, si seguimos hablando, dentro de poco estarás hablando sola.
Nos echamos y nos tapamos, Alice cerró la luz, le desee las buenas noches y mi mente se apagó.
Una hermosa melodía de piano me despertó, la luz del día me estaba cegando un poco, así que me tapé la cabeza con la sabana, y me di cuenta, de que Alice no estaba. Me volví a destapar para asegurarme de que no estaba. Miré el reloj del móvil. Mierda! Eran las 10, se estaba pasando la mañana y yo no había hecho nada aun. Salí de la habitación sin hacer ruido, y si había alguien durmiendo aun? Bajé las escaleras para investigar de donde venia la música de piano y para buscar a Alice. Toda la casa estaba en silencio, solo se oían las notas de una hermosa melodía. Pasé por delante de una habitación y tuve que pararme. Edward estaba sentado en un piano de cola, enorme, negro, hermoso y brillante. Me quedé observándolo ya que era una maravilla, sus dedos se deslizaban por las notas como olas que chocan la arena en la playa. Me apoyé en el marco de la puerta.
Alice: Hermosa verdad? –Alice apareció detrás de mí, y Edward dejó de tocar, yo mientras, me recuperaba del susto-
Bella: Alice, algún día vas a dejar de meterme estos sustos? Te agradecería que me dejaras vivir unos años más, ya que con cada susto, me quitas dos años de vida!
Alice se puso a reír, pero a mí no me hacía gracia, esta chica me estaba matando poco a poco.
Alice: Bueno, ya está hecho el desayuno. Quieres comer?
Bella: Si, y los demás?
Alice: Ya se han ido, volverán después de comer.
Bella: Vale.
Alice y yo fuimos a la cocina, y había un plato lleno de crepes, la mesa ya estaba preparada, pero solo para uno.
Bella: Solo hay preparado para una persona, y tú?
Alice: Yo ya he desayunado, en la casa solo quedas tú.
Genial… mi reputación iba en aumento… encima de ser un desastre que lo pierde todo, ahora también era una dormilona.
Alice: sabes? Cuando te pones así pensativa, me gustaría leerte la mente.

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