jueves, 10 de marzo de 2011

Capítulo VII

Sin darme cuenta, ya se habían hecho las 6, me duché rápido y corriendo, y me puse unos jeans con una camisa de cuadros de tonalidades azules, me hice una coleta alta y salí disparada de casa, ya que si no me daba prisa, llegaría tarde a recoger a Ángela.
Ángela: Muy bonito Isabella –sabia que me molestaba que me llamaran así- llegas..mm… 3 minutos tarde.
Bella: JA-JA muy graciosa, venga sube! –nos pusimos a reír- Y bien, donde vamos?
Ángela: haber... qué te parece… McDonald’s?
Bella: Genial! Tengo ganas de comer un McBacon
Ángela: Yo me conformo con una ensalada.
Bella: Por favooor! Ir al McDonald’s y comer una ensalada, es como… ir a una marisquería, y pedir carne!
Ángela: Bueno… vale, me pediré una hamburguesa, pero lo hago por ti eeh?
Bella: Gracias, hoy podre dormir tranquila –dije en tono irónico-
El camino hasta la cena, fue de risas. Al llegar, Ángela se pidió su hamburguesa, yo no dejaba de reírme, tenía una noche de esas que se ríe por todo. La comida fue entretenida, hablamos sobre casi todo, pero de lo que más, la obra, ya que era un tema bastante actual en el instituto, en dos semanas era la actuación.
Bella: Estoy nerviosa, tengo el presentimiento de que va a pasar algo.
Ángela: A que te refieres?
Bella: No sé, pero tengo una sensación… de que Alice no podrá actuar… es raro..
Ángela: Bueno, si ella no puede actuar, que pasa? Tendrás que hacerlo tú, pero tú te sabes el papel, realmente te lo sabes de memoria, que problema hay entonces?
Bella: Supongo que… ¿ninguno?
Ángela: Exacto, ninguno, así que no te comas la cabeza, que Alice va a estar bien ¿sí? –Asentí- Oye, creo que tendríamos que empezar a ir tirando, se nos está haciendo justo.
Bella: si.
Recogimos la mesa y empezamos a ir hacia el cine, aparcamos donde pudimos, y nos esperamos a que llegara Alice con sus hermano, no tardaron mucho, a las 9 estaban ya todos en la puerta.
Alice: Chicas! –Vino hasta nosotras y nos dio dos besos-
Jasper: Hola chicas.
Emmett: Preparadas para ver una película de terror?
Bella: QUE? Terror? –puse los ojos como platos-
Alice: Ellos van a ver terror, yo con una comedia o una romántica, me conformo.
Ángela: Oh! Yo quería ver terror.
Bella: Bueno… si Ángela quiere, a mi no me importa.
Ángela: De verdad?
Bella: Si. –me abrazó fuerte- vale, vale! Pero entremos ya, antes de que me arrepienta ¿sí? –me soltó-
Entramos a ver la cartelera del cine. Alice, Ángela, Jasper, Emmett y yo, estábamos eligiendo, mientras que Rosalie y Edward, estaban un poco apartados, hablando entre ellos bajito.
Emmett: OH! Una película de vampiros. Que os parece chicos?
Jasper: -se rió a carcajadas- Cuando ves estas películas, sabes que después no puedes dormir Emmett. –A Emmett se le dibujó una sonrisa en la cara, Alice les dio un golpe a cada uno-
Decidieron entrar a ver la de vampiros que había, yo no estaba muy convencida de esa película, pero la habían terminado eligiendo Ángela y Emmett, yo hubiera prefería una de dibujos animados… las películas de terror me aterraban. No soportaba esas películas, de hecho, sabía que terminaría saliendo de la sala en algún momento para mojarme la cara y convencerme a mi misma de que los vampiros no existían, y de que todo eran historias inventadas, nada era real. Pasamos a la sala y nos sentamos. A un lado tenia a Alice, y al otro a Edward, no me convencía mucho tener a ese compañero, pero era mejor que tener a un desconocido, aunque él casi lo era. Las luces se apagaron, la pantalla se encendió, y mi corazón empezó a latir más fuerte.
Alice: Bella, aun no ha empezado la película, de hecho, no han empezado ni los anuncios ni tráileres de las próximas películas. Estas segura que quieres ver esta? No prefieres que cambiemos?
Bella: No no, estoy segura, pero si te cojo la mano y te hago daño, lo siento si? Ya te pido disculpas de adelanto.
Alice: Vale, tranquila. –me sonrió y me tranquilizó, después miró a Jasper que asintió-
De repente, una calma empezó a invadir mi cuerpo… me sentía más relajada, pero seguía estando incomoda… aunque era una incomodidad distinta, era segura.

Capítulo VI

Era viernes, al fin se habían terminado las clases del día, yo iba a llevar a Ángela a casa, Alice nos acompañó hasta la puerta de mi camioneta.
Bella: Alice, te apetece ir al cine esta noche? Voy con Ángela.
Alice: Si, claro… porque no? Aunque… hoy había quedado para ir con mis hermanos a cenar…
Bella: bueno pues, venís después, hoy Charlie me deja estar por la calle hasta las 12, es un milagro! –miré a Ángela que estaba a mi lado y se reía conmigo-
Ángela: Es cierto, en estos dos meses que lleva aquí… -se puso recta- ¡A las 10 en casa Bella! –dijo imitando la voz de Charlie, no pudimos evitar reírnos las tres-
Alice: Vale, entonces… a… las 9 ¿delante del cine?
Bella: Si.
Alice: pues hasta luego chicas. –se dio la vuelta para irse-
Bella: Alice! –se giró- vendrán todos tus hermanos?
Alice: Si, pero no tenemos porque ir a la misma sala. –me sonrió-
Bella: Esta bien, aunque no me importa. –fue hasta el coche de Edward, un Volvo plateado y se subió, poco después desaparecieron-
Ángela: Un día de estos, van a tener un accidente, Edward conduce demasiado rápido. –me puse a reír, a mi no me importaría tener un accidente si era por estar con él, encendí la camioneta y llevé a Ángela a su casa-
Bella: Tú y yo sí que vamos a cenar juntas ¿no?
Ángela: Claro! Ven a buscarme a las… ¿7?
Bella: eso esta echo.
Cuando llegué a casa, Charlie aun no había llegado, así que me puse a hacer la comida. No tenía muchas ganas de cocinar, así que unos espaguetis lo arreglaban todo. Cuando terminé de cocinar, aun no había llegado nadie a casa, así que llamé a comisaria.
P: Comisaria de Forks.
Bella: Hola, soy Bella, la hija de Charlie Swan. Esta él por ahí?
P: ooh! Bella! Claro, ahora te lo paso. –se escuchó de fondo- Charlie, es tu hija-
Charlie: está bien?
P: No lo sé, solo me ha preguntado por ti –se puso al teléfono-
Charlie: Bella? Que ha pasado?
Bella: Charlie, estoy bien, no ha pasado nada, te llamaba solo para saber si vendrás a comer.
Charlie: Hoy?
Bella: No, mañana –dije irónicamente-
Charlie: Mañana?
Bella: No papa! Hoy!
Charlie: Bella! No me líes! –nos pusimos a reír-
Bella: Bueno, que?
Charlie: No, hoy tengo bastante trabajo, y llegaré tarde, así que come tranquila cielo.
Bella: Vale. Oye, esta noche al final me voy con Ángela y Alice al cine.
Charlie: Solo las tres?
Bella: No bueno, también vienen los hermanos de Alice.
Charlie: ah... bueno... pues… diviértete.
Bella: Así lo haré. Un beso y nos vemos cuando vuelva.
Charlie: Vale. Hasta más tarde.
Comí sola, aunque eso me sirvió para pensar. En estos dos meses que llevaba en Forks, había conocido a muchísima gente, y siempre estaba ocupada, y eso no me había dejado tiempo de pensar en cómo eran esas personas nuevas en mi vida. Las personas más cercanas que tenia eran Mike, aunque últimamente decía que estaba más por la rarita de Alice que por él, y que eso era nuevo, ya que los Cullen nunca antes se relacionaban con alguien que no fueran ellos, yo solo le respondía que tenía que saber llevarlos. Ya conocía a todos los hermanos, eran encantadores, menos dos, Edward y Rosalie… Edward sin duda a mis ojos era el más hermoso, y por lo que podía ver, para todas las chicas del instituto también. Pero tenía algo… no me miraba casi nunca, y solo me hablaba en los ensayos de teatro. Puede que no le cayera bien… Pero que le había hecho yo? Pero lo que más me molestaba, era que mientras él pasaba más de mí, a mí más me gustaba él. Había algo, que me decía que eso era malo, que había algo en él que no era bueno, pero el corazón me decía otras cosas… Alice en cambio, se había abierto a mí como un libro infinito, cada día me contaba historias, y con ella me pasaban las horas volando, igual que Ángela, que sus batallitas con su hermano eran películas.

Capítulo V

P: como les va chicos?
Alice: está saliendo genial.
P: Y tu Bella, como te va por ahora?
Bella: ¿bien?
Alice: Lo hace bien, sabe ponerse en el papel.
P: Así me gusta, si necesitáis algo avisadme ¿si?
Alice: Si.
Seguimos ensayando un rato más, hasta que tocó la campana de cambio de clase.
Mike: Hola Bella, como te va?
Bella: aah… bien.
Mike: Así que… sustituta eeh.
Bella: si, de Julieta.
Mike: tienes que ensayar con los Cullen?
Bella: esa es la idea… y tu quien eres?
Mike: yo soy Paris.
Bella: Paris? Uoou uno de los personajes principales. Como lo llevas tu?
Mike: Bien, es fácil.
Con Mike entré a la siguiente clase. Me hacía reír como una tonta, contaba chistes malísimos, que uno reía por lastima. Fue la hora de comer, al fin se habían terminado las clases del día. Me dirigía a casa cuando me llamaron al móvil. Aparqué la camioneta para no tener un accidente, con lo torpe que yo era, no faltaba mucho para hacerme daño, y contesté.
Charlie: Bella, estoy en el bar donde comíamos cuando eras pequeña, te vienes a comer?
Bella: es el bar que hay entre la tienda de pesca y el mecánico?
Charlie: si.
Bella: pues ya vengo, porque estoy justo delante.
Aparqué mi camioneta –regalo de papá- y fui al bar.
Charlie: como te ha ido el día?
Bella: bueno, muchas presentaciones. –Y muchas preguntas- Me han dado el papel de sustituta de Julieta en artes escénicas. Yo solo pretendía ayudar con los decorados…
Charlie: Enserio? Sería bueno que tuvieras el principal, pero bueno… es el primer año.
Durante la comida estuvimos hablando de cómo me había ido el día, y de mis nuevos compañeros de clase. Al salir del bar, encontré a un chico mirando mi camioneta.
Bella: Hola? –el chico se giró y me miró, tenía los ojos marrón, era alto, robusto, puede que demasiado para su edad, pelo larguito y piel morena-
J: Hola, perdona estaba viendo… -vio mi cara de póker- bueno nada… -Charlie salió del bar-
Charlie: eh! Bella! Ya veo que has conocido a Jacob, ha vuelto ahora de Washington.
Bella: oh… ya… -y a mí que me contaba? Quien era ese “Jacob”?-
Charlie: No te acuerdas de él?
Bella: no…
Charlie: Es el hijo de Billie… recuerdas que te conté que mi viejo amigo Billie iba en silla de ruedas, y que fue a Washington a ver si había algún remedio?
Bella: Si.
Charlie: Pues este es su hijo, de verdad no te acuerdas? –Charlie parecía no dar crédito-Habíais pasado horas jugando.
Jacob: Bueno Charlie, es normal, cuanto hacía que no venía? Seis, siete años?
Bella: Siete.
Jacob: ya ves!
Bella: Bueno, tengo que irme a hacer deberes y...a…arreglarme.
Me escapé como pude de ese baúl de recuerdos. Por la tardé quedé con Mike y Ángela, pero ese no fue el único día, durante toda la semana estuvimos quedando para estudiar y ponerme al día con todo.
Las semanas pasaron, ya conocía a bastante gente, y ya no me sentía tan incómoda como al principio. Alice se había convertido en una buena amiga, igual que Ángela, Jessica había resultado ser una de esas chicas que lo único que quieren es popularidad, vamos, lo que viene a llamarse una falsa. Los días se me hacían eternos, y solo deseaba que llegaran las clases de artes escénicas, y es que me lo pasaba genial, todos hacían bromas y eran fiestas continuas. Ver actuar a los compañeros me mataba… eran graciosos a más no poder, y con los decorados y el vestuario eso ya era un show, pero lo que más me gustaba, era ver la sonrisa de Edward

Capítulo IV

P: bueno chicos, ahora que se conocen, voy a ver cómo están los grupitos, confió en vosotros, se que lo haréis bien.
Alice: Claro profesor.
El profesor se fue, y podía sentir como Edward tenía la mirada clavada en mi. Pero yo no lo miraba, no podía.
Alice: bueno, empecemos. Primero lo hago yo y después pruebas tu Bella, si?
Bella: como vosotros queráis.
Se leyeron el guion una vez, y empezaron a decirlo todo perfectamente.
Bella: como puede ser que os lo sepáis? Ya habéis hecho esta obra?
Alice: Si, en mi casa gusta mucho Shakespeare. Verdad Edward? –sonrió un poco-
Edward: si. –le devolvió la sonrisa-
Su tono de voz era sombrea, y no me miraba ahora, giraba la cara y evitaba nuestras miradas, pero lo agradecí, no sabía si estaba preparada para enfrentarme de nuevo a sus ojos.
Edward: ¡Qué bien se burla del dolor ajeno quien nunca sintió dolores. .. ! –miró a Alice y esta hizo como si apareciera en un balcón- ¿Pero qué luz es la que asoma por allí? ¿El sol
que sale ya por los balcones de oriente? Sal, hermoso sol, y mata de envidia
con tus rayos a la luna, que está pálida y ojeriza porque vence tu hermosura
cualquier ninfa de tu coro. Por eso se viste de amarillo color. ¡Qué necio el que
se arree con sus galas marchitas! ¡Es mi vida, es mi amor el que aparece!
¿Cómo podría yo decirla que es señora de mi alma? Nada me dijo. Pero ¿qué
importa? Sus ojos hablarán, y yo responderé. ¡Pero qué atrevimiento es el mío,
si no me dijo nada! Los dos más hermosos luminares del cielo la suplican que
les sustituya durante su ausencia. Si sus ojos resplandecieran como astros en el
cielo, bastaría su luz para ahogar los restantes como el brillo del sol mata el de
una antorcha. ¡Tal torrente de luz brotaría de sus ojos, que haría despertar a las
aves a media noche, y entonar su canción como si hubiese venido la aurora!¬
Ahora pone la mano en la mejilla. ¿Quién pudiera tocarla como el guante que
la cubre?
Alice: ¡Ay de mí!
Edward: ¡Habló! Vuelvo a sentir su voz. ¡Ángel de amores que en medio de
la noche te me apareces, cual nuncio de los cielos a la atónita vista de los
mortales, -a los dos se les dibujo una pequeña sonrisa en los labios- que deslumbrados le miran traspasar con vuelo rapidísimo las esferas, y mecerse en las alas de las nubes!
Alice: ¡Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? ¿Por qué no reniegas
del nombre de tu padre y de tu madre? Y si no tienes valor para tanto, ámame,
y no me tendré por Capuleto.
Edward: ¿Qué hago, seguirla oyendo o hablar?
Alice: Bella, quieres probar tu ahora?
Bella: eh… si claro. –miré el papel por dónde íbamos, y leí, ya que no me lo sabia como ellos- No eres tú mi enemigo. Es el nombre de Montesco, que llevas. ¿Y qué quiere decir Montesco? No es pie ni mano ni brazo, ni semblante ni pedazo alguno de la naturaleza humana. –noté que Edward se rió- ¿Por qué no tomas otro nombre? La rosa no dejaría de ser rosa, y de esparcir su aroma, aunque se llamase de otro modo. De igual suerte, mi querido Romeo, aunque tuviese otro nombre, conservaría todas las buenas cualidades de su alma, que no le vienen por herencia. Deja tu nombre, Romeo, y en cambio de tu nombre que no es cosa alguna sustancial, toma toda mi alma.
Edward: Si de tu palabra me apodero, -hizo una pequeña pausa y me miró a los ojos- llámame tu amante, y creeré que me he bautizado de nuevo, y que he perdido el nombre de Romeo.
Me quedé sin habla, su mirada me había dejado KO.
Alice: esta genial chicos. –Edward apartó la mirada y miró a su hermana, que ahora se había quedado quieta, con la vista fija en la nada, algo le pasaba-
Edward: Bella –mi nombre saliendo de sus labios, me provocó un escalofrío-
Bella: dime.
Edward: puedes traerme el móvil? Lo tengo en mi mochila.
Bella: si claro.
Fui hasta su mochila, y busqué su móvil. Estaba en el bolsillo pequeño. Fui hasta él, estaba hablando con Alice, al llegar yo se callaron.
Bella: toma –se lo di-
Edward: Gracias. –Que se dirigiera a mi, estaba provocando unas reacciones no muy buenas sobre mi, sentía que iba a caerme, me apoyé para disimular-

miércoles, 9 de marzo de 2011

Capitulo III

Bella: El chico y la chica que están en la ventana. –Mike miró-
Mike: oh! Ellos son Alice Cullen y Edward Cullen. No son muy sociables que digamos, ni ellos ni sus otros hermanos. Son raros. –El chico nos miró y aparté la mirada-
Bella: ¿Son hermanos?
Mike: Sí, aunque son muy unidos.
Bella: ¿Cuántos hermanos son?
Mike: Están ellos dos, Jasper, Emmett y Rosalie. Aunque como te he dicho, son raros. Tienen rollos entre ellos.
Bella: ¿Cómo rollos? –mi voz se cortaba por el shock-
Mike: Alice y Jasper están juntos, y Emmett Y Rosalie también, y dicen que Edward esta con una prima de Alaska.
Bella: ¿Enserio?¿Y eso es creíble?
Mike: -se rió- si. Ya lo comprobaras cuando lleves aquí unos días.
El profesor entró y todos nos fuimos sentando. Mike se sentó a mi lado para ponerme al día con todo.
P: Bueno chicos, hoy os traigo los guiones. Recordad que es para la obra de primavera, así que a partir de hoy, todas las clases irán dedicadas a la obra. Todos os acordáis de los papeles no? Otra cosa, tenemos un problema, Isabella no tiene papel. –Me miró- ¿te importa si tu papel no es principal?
Bella: ah! No! Nono, por supuesto que no.
P: Bueno, ahora cuando reparta los guiones, vente a mi mesa y lo hablamos ¿si?
Bella: Si.
Después de esa aclaración, repartió los papeles, y la gente se fue uniendo en grupitos para “empezar” a practicar. Yo me reuní con él en su mesa.
P: Isabella.
Bella: Bella por favor.
P: Bella, estoy viendo que tenemos todos los sitios ocupados… así que solo puedes ser la sustituta de Julieta ya que… es una chica que se ha dado de baja porque se ha ido de la ciudad.
Bella: no importa, enserio. Yo ayudo con los decorados y lo que haga falta. –Realmente no sabía porque había terminado en artes escénicas, suponía que por Charlie-
Por un momento fui feliz, no tendría que actuar si no es que la protagonista se ponía enferma o le pasaba algo. Me dio el guion principal.
P: Bella, tendrías que ir a ensayar con Alice y Edward, ya que ellos son los actores principales.
Bella: ah… está bien.
P: los conoces?
Bella: la verdad es que no. Es la primera clase que tengo con ellos.
P: está bien, ven. –se levantó de la silla y empezó a andar en dirección a los dos hermanos, yo no me moví- ven, no muerden- ¿y tú que sabes? Pensé, di unos pasos y después de pensármelo dos segundos, fui con el profesor- Alice, Edward, esta es Isabella, la sustituta de Alice en la obra.
Alice: Hola –la pequeña chica que estaba sentada en la silla, se levantó con un saltito. Sus movimientos eran ágiles, rápidos y perfectos. Sus ojos dorados se clavaban en ti pero no llegaban a darte incomodidad, su tez pálida le hacía resaltar su pelo perfectamente cortado, con un poco de elevación en las puntas. Tenía cuerpo de bailarina y su voz era dulce, te daba confianza-
Bella: Hola, encantada –le di mi mano, su piel era fría, me estremecí, pero intenté disimular-
Alice: Este es Edward.
Edward: Hola. –Su voz me provocó mareo, no había tenido tiempo de verle el rostro, pero su voz aterciopelada demostraba que era todo un caballero, su piel también era pálida y fría, subí la mirada hasta su rostro, y ya no pude apartarla de él, sus ojos iguales que los de su hermana, su pelo cobrizo revuelto, sus dientes perfectos detrás de unos labios perfectos. Como podía existir alguien tan hermoso? Intenté que mi cara de tonta desapareciera, era hora de de saludar, y sabía que mi voz me iba a fallar-
Bella: eh..ho..hola… -genial, soy Bella ¿puede ser que me haya enamorado de ti?-

Capitulo II

P: Bueno, espero que hayáis pasado unas vacaciones de Navidad geniales, pero recuerdo que ya se han terminado ¿sí? –Todos abuchearon las palabras del profesor- es hora de hacer clase. –Todos volvieron a alzar las voces.- bien, vamos a pasar lista.
La gente empezó a callarse poco a poco, si no respondían a su nombre, tenían falta, y empezar con mal pie no era bueno. El profesor empezó a pasar lista, y la gente respondía bromeando o sonriendo, y después se ponía a hablar. No conocía a nadie, solo me sonaban un poco los apellidos, pero ni eso, hacia ya más de siete años que no pisaba Forks. Miraba las caras de mis compañeros, y aun así se me hizo imposible reconocer a alguien.
P: ¿Isabella Swan?
Bella: si.
Levanté un poco la mano para que viera donde estaba, pero eso fue un error, me convertí en el centro de atención y era lo que más odiaba en este mundo, tenía un sentido del ridículo muy alto, y no soportaba que la gente me mirara más de dos minutos seguidos. Bajé la mirada cuando pasó al siguiente alumno.
P: Bueno chicos, como habréis visto, tenemos una nueva compañera, Isabella Swan, la hija del Jefe Swan. –pude oír como algunas personas comentaban entre ellas- alguien debería acompañarla para que no se perdiera hoy.
Y: Sr. Nicolson, yo podría estar con ella, soy del comité de bienvenida.
P: Jessica, estaría genial. –Vaya, ahora tendría ¿niñera?-
Después de haber sido el centro de atención por unos minutos más, la clase al fin empezó. Las tres primeras clases de la mañana pasaron rápidas, pero yo deseaba que llegara la hora del descanso, donde Jessica me esperaba para hacerme un “tour” y presentarme a algunas personas.
Jessica: esta es Ángela.
Bella: Hola, yo soy-me cortó-
Ángela: Isabella Swan lose, bueno, aquí todos lo sabemos ya.
M: cierto, ¿quién no conoce a Isabella Swan? Es la novedad.
E: este es Mike, y yo soy Eric, tu futuro mejor amigo –me miró, al ver mi cara- es broma, soy el encargado de vigilar a Jessica.
Jessica: eeh! ¿Pero qué dices? ¡Yo sé cuidarme solita! –Eric le cogió la cara y le dio un rápido beso en los labios, ella salió corriendo tras él-
Ángela: ¿Y como que has venido aquí? ¿No se vive mejor en Florida?
Bella: si, bueno es distinto. Pero el insoportable marido de mi madre me provocó algunos dolores de cabeza y he venido aquí a probar esta vida.
Mike: ¿problemas en casa? ¿Te has ido de casa? –Puso cara de no entender nada-
Bella: ems... sí.. así podría decirse, pero con permiso –me agobiaba hablar de mi familia, y Ángela lo notó-
Ángela: Y bueno, ¿cómo llevas estos días?¬¬
Bella: Bien, de momento lo estoy llevando bastante bien. Pero no conozco mucho, Charlie casi siempre trabaja y de momento solo se donde está el supermercado.
Mike: ¿qué te parece si esta tarde quedamos y te hago un tour? –Eso era una indirecta?-
Bella: ¿Porqué no te vienes tu también Ángela? Así nos conocemos más –Mike puso mala cara, le había estropeado el plan-
Ángela: Siii! Me encantaría!
Después de aclarar donde íbamos a quedar y la hora y todo, sonó la campana para ir a clase. Saqué mi horario de nuevo. Artes escénicas. Me despedí de Ángela, ya que no tenía esa clase. Mike fue conmigo y me presentó a más personas, menos a dos.
Bella: ¿Y esos dos?
Mike: ¿Quiénes?

Capítulo I

Charlie me despertaba, y yo solo lo apartaba para que me dejara dormir un poco más. Hoy era mi primer día de instituto –solo para mi-, y tenía cero ganas de empezar. Era nueva en el pueblo, hasta ahora vivía con mi madre, pero discusiones continuas terminaron por mandarme a Forks con mi padre.
Charlie: Bella, llegaras tarde tu primer día de clase, y supongo que no querrás que te lleve con mi coche ¿verdad? -¿El coche de policía? Ni hablar-
Bella: No papa, ya voy, pero déjame cinco minutos más, ¿quieres?
Charlie: No, lo que quiero ahora, es que te vistas y te dirijas al instituto –me quitó la sabana-
Bella: quiero que llegue ya el fin de semana…
Charlie: Madre mía… pero si ni has empezado la semana!
Nos pusimos a reír y después mi padre bajó a preparar el desayuno, yo mientras, me vestí y arreglé. No sería muy bueno dar mala impresión el primer día. Cuando lo tuve todo listo, cogí mi mochila y bajé las escaleras de dos en dos. Charlie tenía mi desayuno preparado en la entrada, lo cogí y me despedí con un grito. Subí a mi camioneta y salí disparada para no llegar tarde. Al llegar, no había casi nadie, -genial- pensé. Miré el reloj y pude comprender porque no había nadie. Aun faltaban casi veinte minutos para empezar las clases. Charlie me había despertado antes, típico en él para no llegar tarde. Aparqué la camioneta y bajé con un poco de miedo, todo era nuevo para mí, y me venía realmente grande. Fui a secretaria, había un hombre de pelo canoso, ojos marrones y gafas caídas apoyadas en la nariz.
Bella: buenos días, soy Isabella Sw-no me dejó terminar la frase-
X: la hija del Jefe Swan! ¿No?
Bella: Exacto –suspiré de alivio, parecía buena persona ese hombre- Vengo a buscar mi horario y a entregar estos papeles. -Le entregué unos datos que faltaban y la hoja con las asignaturas optativas que había elegido-
X: Así que… asignaturas de arte… y lengua… -miraba la hoja con diversión- toma, este es tu horario entonces.
Me entregó una hoja partida por la mitad y me la guardé en el bolsillo de mi chaqueta. Salí de secretaria y miré la hoja, aun tenía un cuarto de hora para saber a qué clase tenía que ir, podía agradecerle a Charlie el haberme hecho salir tan temprano de casa. Primera hora, Español, clase 106. Busqué la clase por el piso de abajo, todo estaba tranquilo aun, seguía sin haber nadie, solo grupitos pequeños de gente que estaba más dormida que despierta esperando al resto de la tropa. Encontré la clase, y sin pensármelo dos veces, entré y me senté en una silla que estaba casi al final de la clase. La gente empezó a entrar, y por suerte, nadie se daba cuenta de que había una chica nueva, todos vivían en sus vidas, y les importaba una mierda lo que pasara fuera de ellas. Cuando fueron las 8 en punto, el profesor entró con libros en la mano, los dejó sobre la mesa y dio dos golpes de palmas para llamar la atención de la gente, le costó casi cinco minutos poner silencio, y termino llamando a la gente por su nombre y uno por uno.